Musicoterapia: La ciencia de curar con sonidos
La música es un atributo fundamental del ser humano. Ha estado presente a través de la historia de la especie y nuestro cerebro ha evolucionado gracias a ella.
El cerebro puede distinguir automáticamente música de otro tipo de sonidos. Sabe responder al ritmo, repetición, tonos, timbre, contorno y más.
Muchas áreas del cerebro tienen responsabilidades primarias para decodificar e interpretar diferentes propiedades musicales.
El nervio auditivo transmite la señal eléctrica (originada por el sonido) hacia la corteza auditiva en el lóbulo temporal.
Áreas en el lóbulo temporal derecho son fundamentales para percibir tonos y acordes.
Otras áreas en la misma región se especializan por decodificar timbre, la cualidad que permite al cerebro distinguir entre distintos instrumentos musicales.
El cerebelo procesa el ritmo y el lóbulo frontal interpreta el contenido emocional de la música.
Cuando la música que escuchamos nos emociona el cerebro segrega hormonas y neurotransmisores que nos originan estímulos de placer.

Identificando estos procesos cerebrales (y más) y el lugar donde ocurren, los científicos han desencadenado una nueva fase de estudios y estrategias clínicas que permiten estimular áreas específicas a través de distintas experiencias musicales para conseguir objetivos terapéuticos. Los escáneres y otras tecnologías han ayudado a acelerar y abrir el campo a la terapia a través de la música.
La musicoterapia consiste en utilizar la música con fines terapéuticos.
Las terapias con música se aplican para dolencias físicas y emocionales, pero también para tratar problemas cognitivos y de conducta.
Para realizar la musicoterapia, se utilizan los elementos de la música (ritmo, armonía, melodía y sonido) en un paciente o grupo para facilitar y promover la comunicación, aprendizaje, movilización, expresión, organización u otros objetivos terapéuticos como asistir necesidades físicas, psíquicas, sociales y cognitivas.
Entre los beneficios de la música a nivel psicológico y neurológico, ejecutar música y tocar instrumentos musicales mejora funciones cerebrales como la memoria, concentración y el aprendizaje.
La música estimula el pensamiento, lenguaje, aprendizaje y la memoria, fomenta la creatividad y produce diferentes estados de ánimo, de allí derivan la música sedante con melodías sostenidas y ritmos regulares con efectos tranquilizantes; y la música estimulante que aumenta la energía corporal y nos induce a la acción.
Con la musicoterapia se obtienen resultados en lo cognitivo, físico, emocional y social, mejorando notablemente las habilidades de comunicación, reflexión y músculo esqueléticos. De igual forma, este tipo de terapias también la recomiendan para pacientes con trastornos neurológicos, mejorando el enfoque y la atención y disminuyendo la ansiedad y el aislamiento.

Podemos concluir que la música ha demostrado ser una herramienta eficaz para el desarrollo del ser humano más allá de ser usada exclusivamente como entretenimiento. Aún falta mucho por recorrer en cuanto al estudio de la música en el ser humano, pero todo indica que su importancia es mucho más valiosa para nuestras vidas que un mero objeto de entretenimiento. de lo que hemos pensado hasta ahora. Nos acercamos cada vez más a una percepción musical cómo la era la de nuestros antepasados y es la ciencia la que nos está llevando de vuelta.
REFERENCIA
Music as Medicine. Simon, Harvey B.The American Journal of Medicine, Volume 128, Issue 2, 208 - 210